En la calle Olite también se produjeron mis primeros contactos con el mundo de la música. Allí, en la cocina «reinaba» la Telefunken y era habitual que a lo largo del día se sucedieran los programas de «»Canciones dedicadas». Es decir, entre la publicidad de Okal es un producto sin igual o la de Cola Cao desayuno y merienda, intercalaban canciones solicitadas por las oyentes. Por ejemplo:
«Para Mari Carmen de su hermana Pili deseándole feliz día de cumpleaños la interpretación de Cachito» Y ahí iba la canción: Cachito, cachito cachito mío pedazo de cielo que Díos me dió bendigo, bendigo y al fin te digo bendigo la suerte de ser tu amor. A tu lado yo no sé lo que es tristeza y a mi las horas se me pasan sin sentir……….
A la mamá le gustaba mucho escuchar estas canciones dedicadas y a fuerza de oírselas cantar a ella y de escucharlas en la radio yo me las sabía todas, mejor dicho me las sé, porque algunas aún las canto.
Es verdad que de la mayoría de ellas no entendía el significado. Por ejemplo: Están clavadas dos cruces en el Monte del Olvido por dos amores que han muerto que son el tuyo y el mío. Ay barrio de Santa Cruz con su lunita plateada hoy vuelvo yo a recordar y me parece mentira. Que nos quisimos tu y yo con un amor sin pecado pero el destino ha querido que vivamos separados,
Tantas canciones: La Calandría, la Casita de papel. La preferida de la mamá era aquella del marinero, Tatuaje o algo así. A ver si me acuerdo del título.
Yo era muy cantarina, cogía el tono con facilidad. Igual había heredado las cualidades de la yaya que presumía de haber cantado de jovencita en la Coral de Pamplona. Sí que es verdad que ella tenía muy buena voz, pero yo más que cantar la escuchaba darme ordenes de limpieza o reñirme porque me había manchado el vestido con el barro de la Media Luna.
En el Cole disfrutaba cantando las canciones de la Liturgía. Varios de los Capellanes que por allí pasaron, especialmente Don Aurelio Sagaseta, se esforzaron en que cantáramos bien y a voces. Así que ensayábamos en la Capilla acompañadas por el armonio: Hija de Sión Alégrate Porque el Señor esta en tí como Rey de Paz…….
También en el cole una Señorita daba clases de piano. Era «de pago» y las clases se daban en un cuartito pequeño en las horas del mediodía. Yo quería ir a estas clases pero el tema «pago» me lo impedía. El no ir a piano tenía otra consecuencia y es que nunca me cogían para cantar en el coro. Todos los años me presentaba voluntaria. La prueba no creo que fuese como para entrar en el Liceo. Yo cantaba bien pero ¡es increible! Nunca me cogieron. Siempre iban por delante las de piano y otras enchufadas por diversos motivo. Igual era demasiado lujo para una becaria. ¡ Vaya que no eran clasistas aquellas monjas!.
Yo he seguido cantando todo el repertorio, el frívolo y el místico, igual tendiendo la ropa o cocinando o tarareándolas mientras daba un paseo.
De adolescente ya me olvidé de La Calandria y en un pick-up escuchaba mis primeros discos, de Adamo, François Hardy o Aphrodites Child. Las de los Pekenikes, Los Bravos y demás las escuchaba en la radio. Aún vivíamos en la calle Olite y allí hice también mis pinitos con la guitarra y nunca prosperé más allá de rasguear las canciones de la Hardy.
Pero tuve dos hermanos, los dos «locos por la música». Estamos por los años 70 ya vivíamos en un piso más grande en el barrio San Juan. El Pick-up había dado paso a un tocadiscos con altavoces en el el cuarto de la música y las estanterías se van llenando con discos de Bob Dylan, Joan Baez, Simon and Gardfunkell, Los Calchakis, Atahualpa Yupanki y muchos, muchos mas. La música sonaba todo el día y aunque la casa era grande la mamá siempre estaba -¡ Bajad esa música ! . Cuando ya Patxi se unió al grupo de los musiqueros aquello fue la locura.
Yo ya andaba por la Universidad y me colgué de George Moustaki. Todos sus discos los teníamos en casa de Maite Archanco y allí pasábamos los ratos escuchando : le Mètheque o Ma solitude.
Ya llegó entonces todo el mundo de los cantautores.Cantábamos «La estaca» de Luis LLach o «Al vent» de Raimon y cómo no a Serrat y a Paco Ibañez. En mi caso esto se unió a la inmersión en la música en euskera y eso ya da para otra entrada del blog en la que hablaré de Mikel Laboa y mi canción favorita. Hegoak ebaki ba nizkion……….