Paula nació para ser «princesa», la princesa de «Margarita está linda la mar….» que yo tantas veces le recitaba.
Una princesa rubia y angelical de portentosa voz y sentimientos a flor de piel. Sí, también con un genio potente y una tendencia a encerrarse en el cascarón cuando le agobian los problemas.
Paula tenía 13 años cuando murió la mamá y desde entonces contó aún más con el cariño incondicional del papá, el mio por supuesto y el de Iñaki y Patxi.
Era un poco la niña de todos pero ella se marcó un rumbo y lo siguió hasta el final, hasta llegar a Madrid y ser soprano del Coro de RTVE.
Allí conoció a su gran amor: Ramón. Una trágica enfermedad se lo arrebató en dos años . Dos años de lucha y sufrimiento al que ella se entregó sin reservas.
Su duelo ha sido duro, muy duro.
Ahora ha encontrado el cariño de Alex y vuelve a sonreir y siento que su corazón encogido se esponja de nuevo acompañada de este hombre inusual que es Alex.
Cariñoso e imaginativo, buscándose la vida y en su búsqueda la ha encontrado a ella, y eso sí que es encontrar un tesoro.
Suerte a los dos